¿Cuándo nacerá la Nueva Venezuela?

Son tantas las veces que hemos escuchado en uno y otro lugar, en una y otra prédica, qué es lo que debe pasar para que la Nueva Venezuela pueda nacer… Somos muchos los que sabemos qué es lo que se debe hacer para que las cosas se vayan dando… porque está allí… en la Biblia… tal y como suele estar la solución a tantos problemas y dificultades que enfrentamos durante nuestra existencia… Y nos hemos topado con la solución tantas veces… y la memorizamos… y la recitamos… la declaramos… la decretamos… la proclamamos… pero no hemos visto lo que esperamos ver… no hemos recibimos lo que deseamos… ¿Qué es lo que ocurre…? ¿Por qué no nace la Nueva Venezuela?

“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2Crónicas 7:14

Dios le había dado este mensaje a su Pueblo escogido, Israel, el día en que el Rey Salomón dedicó a Dios el majestuoso templo que había construido.

El pueblo escogido de Dios, sacado de forma portentosa de la esclavitud en Egipto y depurado durante cuarenta años en el desierto, llegó a la tierra que Dios les había ofrecido. Recibieron de parte de Dios las instrucciones de cómo debían vivir y fueron advertidos de las consecuencias, buenas y malas, que acarrearían su manera de vivir.

             A los líderes del Pueblo se les confirió la responsabilidad de conducirlos hacia una manera de vivir que fuera grata para Dios, sin embargo, casi todos los reyes hicieron lo malo ante los ojos de Dios y condujeron al pueblo hacía una vida de idolatría, promiscuidad y vanidad… y los sacerdotes actuaron como cómplices silenciosos y condescendientes de esta situación… por lo que, el pueblo todo, desde el rey hacia abajo, terminaron replicando la conducta y las costumbres de los pueblos paganos…

            Las consecuencias del pecado, tal como Dios les había anticipado, alcanzaron al pueblo… y el impacto fue tan grande que, literalmente, las ciudades fueron destruidas y las personas obligadas a abandonar su tierra… para servir como esclavos en otras naciones…

El Pueblo de Dios olvidó, quizá, el mensaje que Dios les había dado en el templo… y tuvieron que sufrir durante mucho tiempo…

           La similitud con lo que ocurre en Venezuela no es coincidencia...
         Hoy día, el mismo mensaje dado por Dios al  pueblo de Israel en aquella ocasión (si se humillare mi pueblo…),está en plena vigencia, sin embargo, hemos creído que el cambio en Venezuela debe darlo solo el pueblo de Dios… es decir, es la iglesia quien debe humillarse y buscar a Dios, así como también que es la iglesia la culpable de lo que ha ocurrido en el país… y yo les pregunto ¿acaso los que no son cristianos si tienen permitido pecar?  ¿No ofende igualmente a Dios el pecado de todos?  La respuesta es obvia:  Todos hemos pecado, todos hemos ofendido a Dios… y todos necesitamos su perdón…

Esperamos una nueva Venezuela y, tal como lo hemos leído en la Biblia, nos hemos humillado delante de Dios… hemos orado… hemos clamado… hemos buscado el rostro de Dios… porque realmente deseamos que nazca la nueva Venezuela… pero esta nueva Venezuela no llega…  Nos la imaginamos y muchos hasta pueden describir cómo será: Habrá un nuevo gobierno, con gente nueva; Habrá un nuevo auge económico que catapultará al país… Habrá un avivamiento y de Venezuela saldrán predicadores… Habrá paz y cesará la violencia… etcétera… pero hemos olvidado un pequeño detalle…  Venezuela no es un gobierno, no es una estructura… Venezuela no es un sistema o un pedazo de tierra… Venezuela es la gente… con sus costumbres y tradiciones, con sus pensamientos, con sus ideas, con su carácter, con su manera de expresarse…  Si algo debe ser renovado no se trata solo del gobierno o de la economía… Se trata de la gente…
Hemos estado cometiendo errores... y hay dos errores que se han constituído en un tropiezo para el nacimiento de la Nueva Venezuela...

Nuestro primer error ha sido creer que el cambio debe ser solo de gobierno y que no involucra al ciudadano común, o que solo involucra a la iglesia…  Todos debemos estar involucrados en el cambio… en la renovación; aunque está claro que es la iglesia quien debe iniciar esa renovación y es la iglesia la que ha sido llamada a dar a conocer la necesidad que tenemos todos de ser perdonados… Creo que un ejemplo histórico que deberíamos examinar es el de Nínive.

        Nínive no era “pueblo de Dios” pero también fue alcanzado por las consecuencias de sus pecados.  Esta ciudad, capital del imperio Asirio, fue llamada “la ciudad sanguinaria” debido a las atrocidades que allí se cometían... Dios quiso advertirles acerca de las calamidades que enfrentarían, consecuencia de sus pecados, así que envió a Jonás y, como muchos ya saben, Jonás, después de intentar evadir su deber de advertirles, lo hizo a regañadientes… y la sorpresa de esta historia fue que, toda la gente de esta ciudad, desde sus líderes hasta el más sencillo ciudadano, hicieron algo que los salvó de las consecuencias destructivas que ya estaban sobre ellos… Hicieron exactamente lo que Dios le había enseñado a su pueblo escogido aquella tarde en el templo… (2Crónicas 7:14 Jonás 3:6-8)

          La historia anterior nos permite dilucidar cuál ha sido nuestro segundo error:  La mayoría de los cristianos sabemos que lo que ocurre en nuestra nación tiene origen en el mundo espiritual.  Nuestro enemigo, el diablo, ha influido tanto sobre el país que una nube negra de división, violencia, intolerancia, corrupción, miseria, etc, mantiene a esta tierra sumida en una densa oscuridad.  Sabemos que la polarización tan radical que existe en estos momentos, no es normal… viene de las tinieblas.  Hay quienes han ilustrado dicha polarización como una batalla de satanás contra si mismo… sin embargo, aunque tenemos bien clara esta verdad, hemos sido tan livianos y condescendientes con esta estrategia diabólica que algunos creyentes siguen declarándose como seguidores o simpatizantes de alguno de los dos bandos o simplemente albergan sentimientos que los mantienen aferrados a algunas de estas ideologías y, no conformes con guardar sentimientos que se deriban de este mover espiritual de las tinieblas, animan a otros a que también lo hagan…

                Lo hemos hecho bien en parte, al humillarnos y reconocer que necesitamos de la intervención de Dios para que la situación se resuelva… Hemos buscado el rostro de Dios y hemos orado… pero, en cierto modo, lo hemos hecho como rebeldes empedernidos… porque solo hemos pretendido que Dios nos ayude con las dificultades sin que eso implique que hemos reconocido nuestros pecados o que estemos dispuestos a dejar de pensar, sentir y actuar como lo hemos hecho hasta ahora… Sencillamente… no nos hemos convertido de nuestros malos caminos…

                El pueblo de Nínive se humilló, buscó el rostro de Dios y clamó a Él… y se convirtieron de sus malos caminos… es decir, reconocieron sus pecados, se arrepintieron, y estuvieron dispuestos a cambiar… y al final, esto fue lo que ocurrió:

“Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.” Jonás 3:10

                ¿Cuáles han sido los pecados que provocaron lo que hoy ocurre en Venezuela? ¿Los conoce usted? ¿Se ha arrepentido de ellos? ¿Ha pedido perdón por ellos? ¿Ha cambiado su manera de vivir? ¿Ha enseñado a otros a hacerlo? ¿O sigue usted actuando como la mayoría? ¿Continúa albergando sentimientos hacia una de las parcialidades que ha producido las tinieblas? ¿Cuál es su actitud frente a lo que está ocurriendo? ¿Responsabiliza a otros? ¿Se enoja con facilidad y quisiera actuar con violencia?...  Sus muchas preguntas por hacerse pero una sola realidad ineludible… hay una densa nube de tiniebla espiritual sobre nuestro país y todos tenemos nuestra cuota de culpabilidad en este asunto… pero todos podemos aportar a la solución… Debemos reconocer… Debemos cambiar…

         La Nueva Venezuela nacerá... cuando usted decida convertirte de su mal camino...  Cuando usted decida reconocer, confesar y cambiar... y la suma de todos los que decidan hacerlo, dará como resultado una nueva Venezuela... y esto es lo que va a ocurrir... tarde o temprano nos convertiremos... tarde o temprano pasará... Quiera Dios que no esperemos a que sea muy tarde...